ALGO ESTÁ CAMBIANDO


El atentado terrorista del viernes donde Eduardo Puelles, un servidor público y un garante de la libertad perdió la vida, supuso el primer jarro de agua fría para Patxi López como Lehendakari.

Pero desde cualquier rincón de España, también con el corazón helado por esa nueva familia rota, se empezó a visualizar que algo ha cambiado en la política vasca.

Ya Patxi López desde su investidura, hizo patente la diferencia con el PNV, eliminando la simbología religiosa y el imaginario nacionalista de la toma de posesión.

Pero ha sido la gestión del atentado la que ha puesto de relieve el cambio fraguado en las urnas vascas.

El endurecimiento del discurso de condena del Lehendakari con frases como "no vamos a dar ni un minuto de respiro a los violentos" ó "se acabó la arrogancia de la capucha" muestran de una manera clara la apuesta por la batalla policial y por la desligitimación de la banda terrorista ETA.

Pero además, hay una serie de actuaciones que pasan desapercibidas para los que no residimos en el País Vasco y que conviene que siempre que tengamos la oportunidad las hagamos llegar a la gente para que se den cuenta de que en política "no todos somos iguales"; me estoy refiriendo a la retransmisión por primera vez en la televisión autónoma vasca de una manifestación de repulsa por un atentado, me estoy refiriendo al crespón negro que lucía en una esquina de los televisores, a las tres banderas oficiales ondeando a media asta frente al Parlamento Vasco, a la imagen que todos los españoles pudimos ver cuando unos ertzainas retiraban una foto de un terrorista, al fín de la impunidad de la apología al terrorismo en las herriko tabernas, santuarios de la izquierda abertzale....

Algo ha cambiado, sin duda.

El Valor del Voto

Artículo de Miriam Andrés publicado en El Diario Palentino, sección de Opinión.

Siempre me he sentido afortunada de pertenecer a la 1ª generación que nació en libertad, pero, quizás, porque nací en el seno de una familia dónde varios de sus miembros fueron perseguidos simplemente por unas ideas, también he sido consciente de que esos derechos de los que he disfrutado y disfruto no siempre existieron, y lo que es peor, pueden desaparecer o mermar.

Derechos como una digna jornada laboral o una educación y una sanidad gratuitas, universales y de calidad siguen cuestionándose aunque no nos lo parezca.

Libertades como disfrutar tu vida con quién quieras en igualdad de condiciones que el resto, siguen debatiéndose en muchos lugares.

Decisiones que hacen de un país, un espacio de convivencia más justo, más igual y más avanzado se toman cada día por quienes nosotros decidimos en cada jornada electoral que se tomen.

Cuando la Democracia nos convoca como sujetos activos del derecho con más fuerza, el derecho del voto, somos corresponsables de todo lo que suceda de ahí en adelante. Cuando cada uno de nosotros depositamos nuestra voluntad en las urnas, estamos decidiendo qué forma de vida deseamos. Cuando no participas en esa toma de decisiones, otros lo están haciendo por ti.

La última llamada a las urnas fue el pasado 7 de junio y menos de la mitad de los que tenían derecho a decidir lo hicieron por todos.

Así como ejerzo la autocrítica con la clase política en cuanto no fuimos capaces de trasladar a la ciudadanía la importancia de estas elecciones, soy incapaz de justificar a quién se ampara en un desengaño, decepción o enfado para no acudir a las urnas.

Cada vez que merma la participación merma la democracia en cuanto que el voto significa la máxima expresión de ésta.

El derecho al voto debe representar algo más que un estado de ánimo, no sólo representa un homenaje a quienes dieron su vida por la libertad y la democracia en este país, también materializa la responsabilidad de todos y cada uno de nosotros en la construcción del modelo de vida que disfrutamos.

Artículo publicado en El Diario Palentino, sección de Opinión.

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Hace tiempo que tenía en mente el poder transmitiros mis opiniones, mis ideas y mis vivencias a través de la red.

Desde mi responsabilidad tanto pública como orgánica, la fluidez de mensajes y la creación de corrientes de opinión, sin duda supondrán una ayuda en la gestión diaria de mis tareas.

Acercarme a vosotros “a fuego lento”, fuera de los cauces ordinarios de comunicación y poner en valor temas cotidianos que nos afectan a todos es acercar la política a la ciudadanía, tan necesario en estos tiempos que corren.

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