...DE MATERIALES NOBLES...


Dicen que cuando una cuña se suelta de la propia madera, ésta se convierte en un elemento extraño que puede dañar de forma importante la pieza de la que se soltó.


Si a esto añadimos que el desprendimiento de la misma se produce por estar podrida, solo el simple contacto con la pieza sana es letal.

Por lo tanto, hay que mimar la madera primaria, independientemente de quién esté encargado de su mantenimiento, porque, es al final, la esencia de ese material noble la que perdura y la que impregna de nobleza a las generaciones futuras encargadas de su pervivencia.

Cuando una cuña se suelta y se desprende en su totalidad y posteriormente quiere volver a incrustarse a la fuerza, clavándose sin guardar las formas que conforman la propia madera pueden darse 2 situaciones:

La 1ª, que la cuña provoque una herida en la propia madera donde la infección corra hasta pudrir la pieza.

La 2ª, que la cuña se astille al subestimar la firmeza de la pieza sana.

Afortunadamente, en la gran mayoría de las ocasiones, sobre todo cuando el mantenimiento de la madera es constante y limpio, suele darse la 2ª situación.

Y suele darse esa situación porque la salud de la pieza y el mantenimiento cuidado terminan curando las heridas vecinas que la cuña causó, guardando esas esencias y principios del material noble y... con la cuña, suele pasar, lo que pasa con todo lo podrido...termina desintegrándose.


10 comentarios:

Pablo Saldaña dijo...

Tienes razón, compañera. El problema aquí está en la propia madera... y en la cuña. ¿Entonces? Prescindir de las dos.

Miriam Andrés Prieto dijo...

Pablo,la madera está perfecta,el mantenimiento habrá que modificarlo. Tenemos mecanismos y siempre que hemos hecho caso a la ciudadanía nos ha ido bien.Desde luego tendremos que articularlos y dar voz al mayor número de personas que sea posible. Somos capaces,lo que no se puede permitir son las lecciones de socialismo de quienes no solo no han aportado nada sino que además perjudican a la organización movidos por criterios muy alejados de la política.

Anónimo dijo...

Magnífico post, Miriam. Elegante, y muy, muy claro. Animo compañera.

Juan Ramón Lagunilla dijo...

Lo malo es que cuando la madera no está bien mantenida, se pudre. Y en estos casos ni una buena cuña logra arreglarla. Hay que cambiar la viga entera, y, si es preciso, todo el edificio.

Pablo Saldaña dijo...

Decir que la madera está perfecta después de la estrepitosa pasada por el aserradero de las urnas es tanto como no querer ver la realidad.

Anónimo dijo...

Tengo claro que las cuñas que están podridas cuanto antes se suelten de la madera, mejor, se desprenden sin que nadie las obligue, simplemente por eso, porque están podridas.
A seguir cuidando de la madera junto con todo aquel que lo único que le importe sea la propia madera. El resto sobra.

Miriam Andrés Prieto dijo...

Pablo,la madera está bien....arraigada a la tierra después de 132 años de historia... aguanta y entre los que creemos en ella volverá a lucir espléndida. No te quepa duda.... el tiempo de recuperación no me atrevo a pronosticarlo.

Miriam Andrés Prieto dijo...

Juan Ramón,momentos peores ha pasado esta madera.... Su mantenimiento?es limpio o al menos una gran mayoría apostamos por ello... Y se nota,cómo si se nota!!!!... Si te mostrara yo con pruebas,que las hay,cómo ha mejorado el tratamiento de la madera más cercana a nosotros.... cuando quieras! Estoy por ponerlas a disposición de todos aquellos que las quieran ver...

Carmen dijo...

Lagunilla, la madera puede llegar a pudrirse cuando existen insectos que intentan por todos los medios que así sea, pero afortunadamente siempre hay alternativas para que eso no ocurra.
La talla de madera en lo que se ha convertido una pequeña cuña sana a más no poder, la gran talla que ha ido puliéndose a lo largo de todos estos 132 años como bien dice Miriam, es fuerte como el roble y lo seguirá siendo.

Daniel Rodríguez dijo...

El proximo post podrías hacerle acerca de como tratar el marmol? No ahora en serio, felicidades por este post porque a la vista de los comentarios alguno se ha sentido cuña y no madera sana.

Un abrazo.