UN GRAN PASO



En breve entrará para su debate en el Parlamento el Proyecto de Ley de Salud Sexual y Reproductiva el cual supondrá un gran paso en la conquista de derechos para las mujeres.
Se trata de un Proyecto necesario porque desde el año 95 se han presentado en las Cortes más de 25 iniciativas para abordar este tema, necesario porque la actual regulación no se ajusta a la realidad social actual, necesario porque en los últimos años se han duplicado el número de embarazos no deseados y necesario porque hoy por hoy no existe seguridad jurídica ni para las mujerse ni para los facultativos.
Además será una de las Leyes más meditadas de los últimos tiempos, como sabréis, se creó en el Congreso una Subcomisión por la que han comparecido especialistas de multitud de campos y que ha presentado una serie de conclusiones que sin duda, han sido necesarias para la elaboración del Proyecto.
Pero ante todo, será una Ley justa porque va a introducir límites razonables dónde ahora no hay nada y porque parte del reconocimiento de las mujeres a disfrutar en libertad de su sexualidad y a decidir sobre su maternidad.
El Gobierno tiene la obligación de legislar para garantizar la igualdad de oportunidades de sus ciudadanos y la igualdad en el acceso de los servicios públicos, tiene la obligación de no mirar para otro lado y de convertirse en garante para que los derechos de muchas mujeres a la libertad y al desarrollo de su personalidad no se vean manipulados por terceros.
Afortunadamente y no por esta Ley en particular, la ética, las convicciones morales y la conciencia no se legisla, es algo que pertenece a la esfera íntima de cada persona.
Esta Ley introduce una Estrategia Nacional de Salud Sexual y Reproductiva que va a actuar desde los ámbitos educativos y sanitarios... pero ¿qué pasa con el ámbito familiar?. La confianza entre padres/madres e hijos/as no es legislable, algo se estará haciendo mal cuando desde casa se tiene la duda de si su hija contaría su decisión de interrumpir voluntariamente su embarazo, una decisión difícil y nunca grata.
Pero en todo caso, os dejo esta reflexión, ¿no será mejor saber que mis hijas tienen garantizado un servicio público de calidad y que tomada esa difícil decisión siempre van a estar bajo la supervisión de expertos?.... Yo como joven, pero sobre todo como mujer y futura madre así pienso.

1 comentario:

Unknown dijo...

Muy buen artículo, Miriam