"La herencia recibida"




Esta semana conmemoramos el Día Internacional de la Mujer, y no podemos obviar que para nosotras es aún un momento más complejo y de mayor incertidumbre que lo que era hace un año.


Es verdad que hoy las mujeres tenemos una mayor presencia en todos los ámbitos de la vida, gracias a nuestro esfuerzo, el individual y el colectivo y gracias en muchas ocasiones, a las políticas desarrolladas por las distintas Administraciones Públicas.


Hoy me gustaría reivindicar "la herencia recibida", hoy me gustaría pronunciar esta frase harta ya de escuchársela a los nuevos responsables del Gobierno de nuestro país para ocultar su incapacidad de hacer frente a la situación de la que eran conscientes antes de acceder al mismo.


Sí, "la herencia recibida" en legislación sobre igualdad es una herencia que nos ha situado a España, con orgullo, a la cabeza de Europa en muchas políticas de género.


La Ley de protección integral contra la violencia de género, la cual parece no gustar mucho al PP ni en su propia denominación, con el riesgo a volver a diluir este tipo de violencia en un marco más general en una mala entendida situación de igualdad en la relación de afectividad hombre-mujer.


La Ley de salud sexual y reproductiva e IVE, Ley que nos da a la mujer la no discutible capacidad de decidir sobre nosotras mismas y que el PP ya ha anunciado que modificará en su afán de contentar a la Iglesia y lo que es aún peor, en su afán de legislar la conciencia de la ciudadanía, eso sí, de acuerdo a su modelo de ética.


El Plan Integral de lucha contra la trata de seres humanos, el cual hemos visto que empieza a dar sus frutos estos pasados días en los informativos.


La Ley de promoción de la autonomía personal y atención a las personas en situación de dependencia, que está siendo paralizada por el PP, una Ley que ha permitido introducir en el mercado laboral, reconociendo el trabajo de miles y miles de mujeres que cuidan de sus dependientes durante años y que han dignificado su trabajo y su lucha.


Y así, innumerables políticas de atención social, como la creación de los permisos de paternidad, la progresiva universalización de la educación de 0 a 3 años, las políticas de conciliación laboral y familiar, resaltando el incremento durante estos años de las pensiones mínimas, en su mayoría cobradas por mujeres, que ha posibilitado la reducción aún no suficiente de la vulnerabilidad y pobreza de quienes cuentan con ingresos más escasos.


Y esta "herencia recibida" ya está sufriendo retrocesos, solo el hecho de legislar en contra del derecho a decidir de las propias mujeres supone en sí un ataque frontal a cualquier avance en políticas de igualdad. La igualdad en sí es un derecho de ciudadanía que además de reforzar la cohesión social garantiza la eficiencia económica, no podemos dar marcha atrás en políticas que han ído quitando fuerza a la tradición de las mujeres en su ocupación exclusiva del cuidado de los demás a costa de sus expectativas y su desarrollo personal, social y profesional. Al menos tenemos que darlas la oportunidad de decidir.


Fui una firme defensora de la Vicepresidenta del Gobierno ante las críticas que recibió incorporádose recién estrenada en su maternidad a su carrera política, un hombre "padre reciente" jamás hubiera tenido las críticas que ella tuvo. Pero también me reafirmo en el derecho, ya sea por elección personal, o por necesidad, de las mujeres a disponer de los mecanismos públicos suficientes para que su maternidad no lastre sus expectativas y para eso necesitamos seguir desarrollando el tipo de políticas que apuesten por una sociedad que tenga como prioridad la igualdad efectiva en todas sus actuaciones porque nos hará como país más fuertes y más libres.

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